Mansilla y Los Espías siguen en Malandar su batalla «contra la poesía coñazo»
Fiera presentará la edición en vinilo de ‘Déjese llevar’ en una fiesta del sello El Rancho.
Francisco Camero / Sevilla | Actualizado 20.10.2011 – 07:29
Enemigo de la retórica y aferrado al leve encanto de las rutinas cotidianas, esa sustancia imperceptible sobre la que se sostiene su vida, cualquier vida, Fernando Mansilla está convencido de que «no hay que ir muy lejos para encontrar cosas maravillosas». Lejos quedan los descarnados años 80 de Pumarejo y venenos, una época que recreó sin reparar en turbiedades en una novela maldita que tan sólo ha caído en su círculo de amistades; pero la calle, contemplada y contada con espíritu underground, sigue siendo su gran fuente de inspiración.
«Te levantas, tomas un café, bajas a la calle para comprar el periódico y todo el rato está pasando algo», dice este barcelonés afincado desde hace casi tres décadas en Sevilla, de oficio escritor y dramaturgo y, desde la formación de Mansilla y Los Espías, magnético frontman de un singular proyecto en el que «la literatura se pone a bailar».
Y Literatura de baile es, precisamente, el título del primer disco de esta formación, una grabación editada el pasado mes de abril por El Rancho Casa de Discos y en la que la elocuencia eléctrica y la guasa rebelde de Mansilla son arropadas por los músicos Luis Navarro y Javier Mora. «Desde pequeñito escuché a los Beatles. Siempre he bebido del pop inglés. Ahora me gusta mucho también la música negra. En cuanto a poesía, siempre leí a los beats, sobre todo Allen Ginsberg y Gregory Corso, además de Octavio Paz, Pedro Salinas y Jacques Prévert», detalla el alma de Mansilla y Los Espías para explicar las coordenadas de su universo, en el que es fundamental también el teatro. Una dimensión escénica que se remonta a sus comienzos creativos, cuando a mediados de los 80 fundó el grupo Los Mongolos de la Muerte, con el que llevó a las tablas obras propias, o cuando más adelante colaboró frecuentemente con compañías como Atalaya, La Pupa (ahora Producciones Imperdibles) o La Tarasca.